Suscríbete por RSS

Ciudades hermanadas: Praga

Escudos de Madrid y Praga


Madrid y Praga son ciudades muy distintas, pero hay algunos detalles curiosos en los que se asemejan, al margen de ostentar la capitalidad de sus respectivos países y de ser europeas. Quizá por eso se hermanaron entre sí el 23 de octubre de 1989.

Por ejemplo, los vuelos a Praga llegan al Aeropuerto Internacional de Ruzyně, situado a 10 kilómetros al Oeste de la ciudad. Este aeropuerto tiene cuatro terminales, igual que el de Barajas, y fue inaugurado también en la década de los años 30 del siglo XX.

El edificio concebido entonces por A. Beneš para hacer check-in, hoy Terminal Sur 1 del aeropuerto praguense, alcanzó desde sus comienzos gran fama debido a su innovador diseño y logró el Diploma y la Medalla de Oro de la Exposición Internacional de Artes y Técnicas de París en 1937.

Paralelamente, nuestra Terminal 4 valió en 2006 el Premio Stirling a Richard Rogers por su espectacular diseño y a los ingenieros Carillio el Premio IStructE.

Ríos, puentes y calles

Ambas ciudades tienen sendos ríos que las atraviesan: el Manzanares y el Moldava. Comparar ríos de verdad con el Manzanares siempre es una pena, pero qué le vamos a hacer: el Moldava con sus 150 m³/s es aproximadamente 10 veces más caudaloso que nuestro aprendiz de río.

En el barrio de La Chopera hay un puente de hormigón armado en el que apenas nos fijamos porque es la elevación del Paseo de Santa María de la Cabeza sobre el río, y se llama precisamente Puente de Praga. Construido a principios del siglo XX, en 1953 lo rebautizaron como Puente de los Héroes del Alcázar de Toledo, pero los madrileños como somos muy de dar el cambiazo (o en este caso, de no darlo), a fuerza de insistir conseguimos que se recuperase su denominación original.

Hotel Praga en Madrid


Junto al puente dedicado a esta ciudad checa hay un edificio residencial llamado Torre de Praga y un hotel que también lleva el mismo nombre. Además, en Madrid tenemos una glorieta de Praga sobre la M-40 a la altura del Campo de las Naciones y también una calle dedicada al movimiento conocido como la Primavera de Praga en el barrio de La Elipa.

Los equipos rojiblancos

También hay una similitud deportiva entre estas dos ciudades a través de dos de sus equipos de fútbol. Aquí vamos a tener que especificar porque en la liga de la República Checa tienen casi más derbys que estadios: de los 16 equipos que compiten en primera división, nada menos que cinco son de Praga. El Sparta, Slavia, Dukla, Viktoria Žižkov y Bohemians.

El Sparta es el primer equipo de la ciudad, comparable en títulos al Real Madrid, pues ha ganado la liga en 11 ocasiones desde 1993. El segundo equipo de la ciudad, el Slavia, viste de rojiblanco al igual que el Atlético de Madrid.

A Radek Bejbl, un defensa checoslovaco que vino a jugar al Atleti en los años 90, esta coincidencia le hizo sentir como en casa: «El rojo y el blanco eran mis colores en Praga, esto me dio seguridad al defender el centro del campo en el Atlético de Madrid»

Radek Bejbl - Atlético de Madrid y Slavia

Bejbl vestido con la equipación del Slavia (izq.) y del Atlético de Madrid (dcha.)


Señas de identidad mestizas

Del mismo modo que Madrid ha sido judía, cristiana y musulmana, Praga también ha acogido varias culturas y religiones a lo largo de su historia.

Así, la caput regni o cabeza del reino, tiene raíces celtas, cristianas y judías. Celtas, porque la propia etimología del toponímico Bohemia nos remite a los boios, un pueblo celta asentado en la región hacia el siglo V. El cristianismo se introdujo más tarde, hacia el siglo IX, siendo la cultura predominante en la ciudad desde entonces.

Los judíos llegaron hacia el siglo X, y con el paso de los años el Josefov llegó a ser el barrio judío más importante de Europa Central. Es célebre por ser la cuna de Kafka y del mito del Gólem, y cuenta además con la sinagoga más antigua de toda Europa, fundada hacia el 1270. Otro lazo con nuestro país es la sinagoga española, templo que recibió este nombre porque su decoración morisca recuerda a la Alhambra de Granada.



Jewish Prague, Czech Republic

Así que ya sabéis, si queréis hacer una escapada invernal seguro que encontráis vuelos baratos a Praga, que además de ser una ciudad bellísima tiene algunas características que os harán recordar Madrid y sentiros como en casa, como al bueno de Radek.

Más | Documento oficial del Acuerdo de Amistad y Cooperación firmado entre ambas ciudades el 23 de octubre de 1989.
Ciudades hermanadas | Berlín

Etiquetas:

Madrid según... La Tercera República





Luces apagadas que despiden la jornada
en la ciudad que cada día debo atravesar
Ya cerró la caja y el sonido de la chapa
es la breve sintonía de la libertad.

Lo mejor que cambió la tarde de color
de Madrid al infierno en este tubo gris.

Pasan en la noche el taxista y el viajero
y mientras uno mira el cielo el otro al contador
Unos friegan suelos mientras otros prenden fuego
al cigarrito que apetece después del café

Y en la Cruz limpiabotas junto a un Porsche azul
¿Fuiste tú la princesa que bajó del bus?

Te escribo una postal de mi ciudad
con tinta de deseo por perder mi soledad
la calma tiene prisa por llegar
buscar una sonrisa es una aguja en un pajar
y entre tanta gente sorprendentemente surges tú
y entre tanta gente sorprendentemente surges tú

Negros venden chinos, chinas venden bocadillos
y unos moros cigarrillos y otros de fumar
Es la comercial de la Gran Vía por la noche
y por el día te satura de publicidad

No se quién comentaba que esto marcha bien
sin estrés porque llega bien a fin de mes

Te escribo un postal...


Sorprendentemente, La Tercera República

Etiquetas:

Memorias del Price



Hace algunos años, cuando el Circo Price todavía no había reabierto sus puertas, compartimos en este blog un post sobre su historia.

Ya entonces despertó una avalancha de nostalgia entre los lectores, y desde su publicación han sido muchos los que han ido desfilando por los comentarios para compartir sus emocionantes memorias del Price.

Va por vosotros, los niños del Price, que tenéis 50, 60, 70 años ¡y más!

Fuí de niño al Circo Price, así como suena no "Circo Prais", un mundo mágico de colores, sensaciones e imágenes, cuando no existía ni la tele, ni los pc, incluso en una ocasión me toco un tren Payá de hojalata en el sorteo del descanso, un día inolvidable y eso que han pasado 45 años.
-Ernesto


Yo estuve en la última función del Circo Price. Pero no debo ser TAN mayor, porque todavía me acuerdo. Es más, si cierro los ojos, rebuscando en el trastero de la memoria, aun puedo ver la pista redonda de arena, delimitada con unos cajones pintados de rojo y blanco. Y un señor que se lanzaba, desde no sé cuántos metros de altura, hasta un pequeño pilón lleno de agua. Aunque no debía ser agua, porque estaba en llamas. Y también ví actuar, aunque eso fue otrodía, a un tipo con una laaaaarga camiseta roja. Llevaba una guitarra en una mano y una silla en la otra. No dijo una palabra. No tocó una nota. Pero recuerdo que reí y reí y reí, como nunca he vuelto a reir en mi vida (y eso que me he reido mucho). El tipo de la camiseta era un tal Charlie Rivel. Años más tarde, en alguna parte lei que era un genio, y entendí el significado de la palabra genio. Siempre me he preguntado por qué este genio no tiene calle en Madrid.
-Nepión



Recuerdo aquellos días cuando niño, que mi mundo , todo mi mundo era el circo, esperaba cada invierno con gran ansiedad la llegada de la Navidad no solo por los posibles regalos, esperaba la llegada a casa de mis padres que actuaban regularmente en un circo con el que yo siempre soñaba y que formaba parte de mi corta vida. El Circo Price representó para mí durante muchos años, pasado presente y futuro de mis ilusiones.

Siempre recordaré a Pinito del Oro, Los Raluy's, Familia Caroli, Pekades, Los Francescos, los Chen-tu-ching, los elefantes del Knie, Harry Althoff, Kolmedy, solo por nombrar a unos pocos.

El Circo Price significaba para mi el mundo, todos los idiomas todas las culturas, todo un mundo al alcance de mis pequeñas manos y sin salir de casa.
-Guillermo



Un domingo en la función de las cuatro de la tarde, un espectador dejo su jabardina doblada encima del redondel de pista correspondiente a su asiento.
Cuando salieron los leo@s, fueron directamente a por la prenda que lograron introducir dentro, la pelea entre ellos era de tan magnitud que la jaula empezo a moverse violentamente, teniendo que abrir todas las puertas de emergencia para que el público saliera.
El domador pudo hacerse con la situación, incluso con el riesgo de su vida. Fue tan enorme la ovacion que se llevo, que jamás de se olvidara.
-César


Hola,amigos del circo yo os diré que soy una de tantas niñas que visitarón el circo Price ya han pasado unos cuantos años pero os diré que aún lo recuerdo,era fascinante ver los elefantes,trapecistas,payasos,al domador de leones Angel Cristo cuando esa fatidica tarde un león le atacó y le quito media oreja,era alucinante ver tanto arte,a Pinito del Oro espectacular siempre lo he recordado a pesad que era muy pequeña pero los buenos momentos de felicidad siempre se recuerdan,yo actualmente tengo 53 años y aun recuerdo con una sonrisa esa época de ilusión
-Consuelo


Recuerdo bien el dia que fui al Price, alrededor de 1963, con mis padres. Habiamos llegado de los Estados Unidos hacia solamente un mes y, con 10 años, me sentia aun raro de vivir en un pais lejano.

Gracias al Price me enamore del circo, de Pinito, y de España, llegando a sentirme mas Español que cualquiera. Luego siempre recorde al Price como un hilo majico que unio mi corazon con todo lo que era castizo y Español. Hoy en dia aun recuerdo el Price y la España de entonces con cariño y, si cierro los ojos y me pongo a pensar, todaviqa puedo ver a Pinito meciendose desde las alturas sobre una silla.
-Anónimo


La demolición del Circo Price supuso para los niños madrileños que nos cobijamos bajo su fría carpa tantos domingos, lo que para la siguiente generación la muerte de Rodríguez de la Fuente o Fofó. Lamentablemente hoy no se llora la desaparición de monumentos.
-Johnymepeino


Tengo al Circo Price como uno de esos lugares míticos, del que he oído contar cosas maravillosas. Entre otras, que al parecer se organizaron allí los primeros conciertos de rock de Madrid, cuando Miguel Ríos se llamaba Mike Ríos.
-Carlos


¿Y vosotros? ¿Lleváis dentro también a uno de esos niños del Price?


Foto| Fondo Museo de Historia

Etiquetas:

Atardecer invernal

Atardecer en La Guindalera

Cuando he estado trabajando todo el día, un buen atardecer me sale al encuentro - Johann Wolfgang Goethe

Foto | Atardecer en La Guindalera, de Laura Blanco.

Etiquetas:

Los hermanos Machado en Madrid

Los hermanos Antonio y Manuel Machado son conocidos por ser dos de los literatos más ilustres que dio a las letras españolas el siglo XIX, máximos exponentes de la Generación del 98 y el Modernismo. Aunque no se les suele relacionar con Madrid, residieron muchos años en esta ciudad, y sus vivencias en ella resultaron decisivas para la vida y obra de ambos.

Nacidos en Sevilla, su niñez transcurriría junto a aquel inmortal limonero en el Palacio de las Dueñas. Sin embargo, cuando Manuel y Antonio apenas cuentan 8 y 9 años de edad respectivamente, la familia entera ha de trasladarse a la capital al ser nombrado su abuelo profesor de la Universidad Central de Madrid. Aquí completarían sus estudios en la célebre Institución Libre de Enseñanza y se aficionarían al teatro y las tertulias literarias.


Café de Fornos
Café de Fornos, 1908

Así, al filo de 1900, en el Café Madrid, el Café de Fornos, el Café Levante y otros enclaves de la noche bohemia madrileña tendrían la oportunidad de conocer a Valle-Inclán, Azorín, Baroja y Juan Ramón Jiménez. Era entonces la capital del reino una especie de sucedáneo de París a la española, punto de encuentro de artistas y escritores.

Aunque en aquellos tiempos no todo era modernidad. Manuel Machado dedicó una poesía al Madrid más vestusto y solemne, ese de calles empedradas y señoras que van a misa envueltas en una mantilla. Se trata del poema Madrid viejo:
Una plaza tranquila. Sol... Más de mediodía.
La blanca tapia de un convento... Una
fachada de palacio antiguo... Lerma... Osuna...
La seriedad del sitio corrige la alegría.

de la luz. Vana hierba entre las piedras crece.
Rejas -las viejas lanzas de los antepasados-
guardan los ventanales y balcones volados
del caserón antiguo, que tranquilo envejece.

Llegan las horas y las horas... Suena
una campana. Sale una mujer de luto.
Un mendigo la calle de un lado a otro pasa.

Es ciego. Su cayado en las losas resuena.
Un viejo de Ribera, avellanado, enjuto...
«Sea la paz de Dios en esta santa casa.»
Antonio cambiaría de residencia en los años siguientes. Soria, París, Baeza, Segovia... serían los escenarios de los acontecimientos más importantes de su vida, como sin duda lo fue el conocer a Leonor, desposarla y llorar su muerte. Pero cada año vuelve a Madrid para examinarse de Filosofía y Letras. Y ya en su última etapa en Segovia, viene cada fin de semana para estar con su familia y amigos.

Hacia 1931, Antonio obtuvo plaza como profesor en Madrid y regresó a la ciudad. Primero enseñó en el Instituto Calderón, y después en el Instituto Cervantes. En aquella época escribirían los Machado algunas de sus obras de teatro más conocidas, como La Lola se va a los puertos, El hombre que murió en la guerra y Amor al vuelo. De esta época cuenta su hermano José en sus memorias que cada domingo se reunían para intercambiar impresiones sobre trabajos en marcha e idear las tramas de sus obras de teatro, «entre el humo de cigarrillos y las inevitables tazas de café».

Así fue cada domingo hasta que estalló la Guerra Civil, que los separaría para siempre. Quiso la fortuna que Manuel se encontrara de viaje con su esposa en Burgos, zona nacional, y Antonio en Madrid, zona republicana. Manuel le dedicó un poema de alabanza al caudillo y cayó en gracia al régimen. Antonio no.

Miguel Pérez Ferrero relataba así la vida del escritor en estos primeros meses de la guerra:
Antonio Machado, con toda la familia que con él habita, permanece en Madrid los primeros tiempos. Apenas sí sale de casa. Puede decirse que no sale. Su pensamiento está, de seguro, con el hermano ausente, del que nada sabe, y en la incógnita que reservará cada minuto a transcurrir. A su domicilio le llevan papeles en blanco para llenarse con listas de firmas, al objeto de que él estampe, en cabeza, la suya valiosa.
Caen bombas como maldiciones sobre Madrid, y es entonces cuando Antonio publica el célebre serventesio que le ha procurado a nuestra ciudad uno de sus apelativos más conocidos:
¡Madrid, Madrid!, ¡qué bien tu nombre suena,
rompeolas de todas las Españas!
La tierra se desgarra, el cielo truena,
tú sonríes con plomo en las entrañas.
Esta situación durará tan solo unos meses, ya que las horas de Antonio en Madrid están contadas. En noviembre de 1936, se ve obligado a dejar la ciudad, muy a su pesar, según cuenta su hermano José:
En noviembre, el peligro inminente que se cierne sobre la invicta capital alcanza las más terribles proporciones. Entonces, amigos muy queridos y admirados por él —los dos poetas, León Felipe y Rafael Alberti— llaman a su puerta para tratar de convencerle cariñosamente de que debe alejarse de Madrid. En un principio se niega terminantemente a dejar a [sic] su querida ciudad; pero lo que le decide a partir es el imperativo moral —ya sabéis que su bondad era tan grande como su inteligencia— de poner a salvo a su anciana madre, a sus hermanos y a las niñas que hay en la casa, sus sobrinas, a las que quiere como un padre.
Antonio ya nunca volvería a Madrid. Se refugia en Valencia y Cataluña, para partir definitivamente al exilio en Francia a comienzos de 1939. Sin embargo, el poeta no olvidó esta ciudad, de la que escribió en la revista Hora de España:
Madrid, el frívolo Madrid nos reservaba la sorpresa de revelarnos, a tono con las circunstancias más trágicas de la vida española, toda la castiza grandeza de su pueblo. En los rostros madrileños, durante unos días de seriedad, vimos a España entera en su mejor retrato.

Madrid, frunciendo el ceño oportunamente, había eliminado al señorito y ya podía sonreír otra vez. El Enemigo —los traidores de dentro y los invasores de fuera— se iba poco a poco aproximando a Madrid. La aviación enemiga multiplicaba sus asesinatos monstruosos [...] No entraron. No podían entrar.

Manuel en cambio, se convertiría en el poeta oficial del nuevo régimen. Al término de la guerra regresa a la capital y sigue viviendo en su casa de la calle Churruca, que ya sería su residencia hasta su muerte en 1947.


Calle Churruca, 15
Calle Churruca, 15

A lo largo de su vida, llegaría a dirigir la Biblioteca Municipal, el Museo Municipal (hoy Biblioteca Histórica Municipal y Museo de Historia de Madrid, respectivamente) y también la Hemeroteca Municipal.

Créditos | Muchas de las anécdotas y citas bibliográficas de este artículo proceden del trabajo de José Antonio Serrano, La Obra poética de Antonio Machado.

Etiquetas: ,